Carlos González, consultor del Departamento de Investigaciones y Consultoría Económica de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales de Guatemala (ASIES) se refiere a las ventajas y solidez que ofrece el sistema financiero de Guatemala.
“Una rentabilidad de entre 17 y 18 por ciento del capital invertido es una eficiencia que muy pocas otras actividades económicas en el país logran alcanzar. El sector de manufacturas y comercial probablemente anden entre un 10 y 12 por ciento”, asegura González.
El analista explica que esa importancia se ve en que en otros países ese rendimiento no supera el 12 o 13 por ciento y donde se puede ver esta bonanza es en el interés que ha mostrado al banca internacional en venir a invertir en Guatemala
Los ejemplos más claros y recientes fueron el año pasado en el que el grupo Ficohsa de capital hondureño adquirió el Banco Americano y también hace poco Bancolombia adquirió el 40 por ciento del Banco Agromercantil, movimientos que pueden ser sólo el inicio de lo que puede ser un gran ingreso de la banca colombiana en el sistema nacional.
Para González el hecho de que otros inversionistas del área bancaria se interesen en invertir en Guatemala es señal de que no solo el negocio está bien sino que también el país tiene una proyección de crecimiento que hace esperanzador el hecho de que se hagan más inversiones de capital en el país.
Este comportamiento no es sintomático de la coyuntura nacional ya que González recuerda que años atrás la banca guatemalteca ha tenido ese nivel. Considera que aunque hubo una pequeña merma en la adjudicación de créditos en el 2008 por la crisis y el crédito bancario no creció en la medida que se esperaba, pero aún así creció, mientras que en el resto de países centroamericanos el crecimiento fue negativo.
¿Porqué?
En el sistema bancario guatemalteco hace 8 o 10 años habían como 36 bancos, mientras que hoy hay solo 18, lo cual los vuelve más fuertes en el sentido que tienen más patrimonio pueden financiar proyectos de mayor envergadura, porque obviamente es un negocio regulado, la ley no les permite prestar más allá del 10 por ciento de su capital y si el capital es chiquito no pueden financiar grandes proyectos.
El problema es que el negocio se centra en 6 de los 18 bancos, los cuales acaparan el 80 por ciento de las operaciones.