The Economist analiza la lucha que el Banco Nacional Suizo emprendió desde finales del año pasado por revertir los efectos del escándalo provocado por la dimisión de su presidente.

Ante cualquier detalle adicional que surja acerca de las transacciones personales hechas por el ex presidente del Banco Nacional Suizo,  Philipp Hildebrand, quien renunció el 9 de enero, el banco central está bajo mucha presión por recuperar su credibilidad.  Los 11 miembros de la junta directiva de la institución, reaccionaron débilmente cuando Hildebrand reportó una transacción en el extranjero iniciada por su esposa en una cuenta bancaria personal.

El consejo directivo no investigó inmediatamente si la transacción violó los códigos de conducta del banco, y no le ordenó a Hildebrand que la revirtiera.  Fue hasta transcurridos cuatro meses luego de conocer el hecho, en diciembre, que el consejo reaccionó a los reportes de la prensa e inició una investigación.

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