Se estimaba que en el año 2021 la actividad de lavado de dinero alcanzaría los 2 billones de dólares en todo el mundo, este incremento se traduce en un aumento significativo de los costos para cumplir los requisitos regulatorios, añade complejidad para detectar y reportar actividades sospechosas, pone en alto riesgo a las instituciones financieras y ejerce gran presión sobre los bancos centrales y los gobiernos.
Aunque son extensos los esfuerzos que se realizan para combatir este ilícito, solo se logra interceptar alrededor del .2% de esta actividad. Ante este panorama es imperativo que las partes interesadas sumen esfuerzos y aprovechen las capacidades que brindan la analítica y la inteligencia artificial para modernizar sus operaciones y lograr un combate efectivo.